Mocos.

El moco, “la plastilina de los pobres” tan indispensable como elemento protector de las fosas nasales,que todos poseemos (en excepción de Vóldemort) desde nuestro nacimiento hasta la hora de nuestra muerte, hasta un agradable pasatiempo de ocio, se a convertido, a día de hoy, en la sustancia que más abunda, en este, nuestro querido Bierzo. Debajo de un cojín, sobre un mostrador o una servilleta que nos dejamos “sin querer” en la barra de un bar, hay esta él. Verde, impune, contemplándonos con odio y envidia. A vosotros, pobladores de este territorio, de este planeta, que os urgaís las narices cada vez que estáis solos, que os jode no poder meteros el dedo cuando estáis en clase y sentís una pequeña piedrecita (mocus durus) y os da rabia no poder meteros todo el dedo dentro y sacarlo, y tirarlo, sin temor a que alguien diga “SE ESTA COMIENDO LO MOCOS”. A vosotros, cajeras del Gadis, cuatrovientinos, pornferradinos, camponarayenses, tomasinos de las oyenses, rimoreños, magaceros, compostillanos, torenianos, torre bierzamitas, carracedelineses, carracedianos, BERZIANOS. NO ABANDONÉIS AL MOCO, EL NO LO HARÍA